Warketing

La creatividad y el cambio permanente.

Hoy no basta solo con tener sentido creativo: Es necesario manejar la creatividad y el cambio permanente, como paradigmas predominantes.

Personas que se animen a pensar lo impensable, pero que usen la seducción en este nuevo desafío de ser y hacer diferentes cosas para diferentes propósitos, clientes y mercados”.

Pero eso no significa ser inconsistentes, sino ser flexibles, llegando la empresa a mercados masivos con un producto y a otro apuntando a satisfacer gustos especiales.

Para crecer en forma constante el secreto está en “iniciar un nuevo período de esa curva en forma de “S” que rige la vida de cualquier empresa, justo antes de que llegue a su punto máximo y empiece a declinar”.

A ello se suma el hecho de evitar la complacencia interna, es decir, pensar en nuevas ideas, productos, mercados y formas de hacer las cosas. Experimentar constantemente porque el mercado es una procesión de gente que entra y sale… hay que comprenderlo con mucha rapidez.

La praxis del Warketing plantea una gran fuerza en las tácticas, pero a la vez el uso de las armas de la seducción sustentadas en los conceptos de “lovemaking”, o creación de afecto a las marcas y en un continuo esfuerzo por mantener y afianzar la lealtad de los consumidores.

En un mundo tan competitivo como el actual, lograr que tus clientes digan “te amo” implica entender el poder de los consumidores, ya que Internet está planteando una manera nueva de contactarse con éstos.

Los mercados de marcas pasarán a ser conceptos de antaño. La publicidad deberá acomodar la mejor manera de construir sus mensajes y entender el sentido que debe tomar el cambio y acertar cual es el servicio adecuado para cada cliente y conceptualizar en función de los requerimientos mejorando el manejo del conocimiento

La integración con el medio en todo sentido es primordial, junto a una visión sistémica de la competitividad.

Esto significa conceptualizar en función competitiva pero sin dejar de lado la emoción, no sólo la del consumidor, sino en la emoción que impregna cada rincón de la empresa. De repente, ahí salen las mejores argumentaciones para enfrentar creativa y emocionalmente al receptor del mensaje.